PORNOGRAFÍA SENTIMENTAL
A raíz del estreno de la película “Un monstruo viene a verme”, que ha tenido una gran eco publicitario y una altísima taquilla se han disparado en los medios, periódicos y redes sociales diversas críticas y opiniones al respecto. Yo quisiera detenerme sobre el apoyo de las críticas negativas, de forma llamativa, en el concepto de Pornografía sentimental, y la razón no es otra que mi profesión, la Psicoterapia, y el convencimiento de que nuestro equilibrio y felicidad depende del equilibrio y entendimiento, y el poder vivir, las emociones y sentimientos que nos provocan la vida, nuestras experiencias, etc…
Tanto cine como televisión nos ofrecen todo tipo de usos y abusos. Lo que me llama la atención es cierta especie de aversión al sentimentalismo, a lo melodramático. Entiendo que estos son ciertos abusos, pero palpo una reacción aversiva, un sarpullido, una sensibilidad a lo sentimental, a la manifestación pública, en grupo. Una en cierta forma dificultad para la expresión y vivencia de las emociones en grupo, como si estas hubieran de vivirse necesariamente en privado y a solas (esto último es el mayor de los contrasentidos, las emociones sobre todo están para vivirse con otro).
Tal vez no es sino crítica estética (ciertamente la peli de Bayona no es una gran peli). Pero en todo caso, para aquel que se sienta aludido y crea verse reflejado en ese dificil y frágil equilibrio con lo sentimental, por así decir, le animo a que se pruebe en lo emocional. Tal vez una constelación, un taller en grupo, pueda sacarlo de dudas respecto a ese “desagrado” ante lo emocional. Porque sé por experiencia que una parte de los asistentes a esas actividades psicoterapéuticas las viven desde ese rechazo a la manifestación emocional de su interior. Y eso que ya muestran una apertura a ello asistiendo.
La relación que mantenemos con nuestra emocionalidad, y la manera en que hacemos explicitos nuestros sentimientos, guarda un estrecho vínculo con cómo estamos en el mundo. Tanto aspaviento ante la “pornografía sentimental”, en un mundo abiertamente pornográfico para con la violencia y para con lo sexual, me parece cuanto menos preocupante.