Cambio: ¿Cambiar para conocerte o conocerte para cambiar?
VKut Lewin dijo: si quieres entender algo, trata de cambiarlo. Esta idea brillante es aplicable a nosotros mismos.
EL CAMBIO EN LA PSICOLOGÍA
Posiblemente el cambio sea una de las ideas más centrales de la psicología. Por eso antes se la llamaba Ciencia del comportamiento. Por entonces una de sus principales vertientes era la de comprender cómo cambiar, cómo manipular incluso, el comportamiento de las personas.
El desarrollo de la psicometría, por ejemplo, promovido en mucho al inicio por el ejército de EE.UU. buscaba algo más que cambiar. Detectar y distinguir a través de pruebas características que podían hacer que alguien fuera mejor soldado. ¿Qué preguntas podían detectar que alguien obedecería, se esforzaría sin preguntar, sacrificaría su vida incluso por un ideal?
Fue entre los 60 y los 70 donde irrumpió con fuerza el tema del desarrollo personal. Por entonces aquello era como una respuesta a la psicometría y al intento desesperado de meter en cajas compactas a las personas, al modo en que hizo Skinner con sus palomas.
EL CAMBIO EN LA ACTUALIDAD
Hemos necesitado tres décadas más y el estallido de las redes digitales para que esto estalle. El tema del desarrollo personal y el cambio, el logro de metas, el aspirar a conseguir un propósito, es ahora algo totalmente extendido.
Todo el mundo ha pretendido en algún momento abordar un cambio en su vida, sea una dieta, unas oposiciones, un logro concreto, o llegar a sentirse realizado adquiriendo unas destrezas y autoconocimiento que le den seguridad, libertad y felicidad.
El cambio como si las personas fuéramos empresas
Ahora las personas quieren ser productivas consigo mismas, tener un balance positivo, crecer a más, hacer cosas, expandirse. Como empresas. Hay toda una clara analogía de cómo el lenguaje del capitalismo y el mercado se ha introducido en el lenguaje que nos habla sobre cómo lograr ser mejores personas. No es objeto del presente blog hablar sobre esto, aunque lo haré en otras entradas, y ya lo he hecho anteriormente en APEGO, al hablar de la sociedad líquida.
¿ES NECESARIO CAMBIAR?
Planteando el tema desde el presente, ¿por qué es tan importante cuestionarnos? ¿Es necesario cambiar?
Estas, no son preguntas que puedan contestarse de un plumazo, sin más, pero demos algunas aproximaciones.
El cerebro humano es una máquina de buscar problemas para resolverlos. Es un tema puramente evolutivo. Antes, en un momento casi presapiens, nos iba la vida en resolver nuestra supervivencia. Había que moverse antes de que llegara el invierno, organizarse en grupos de caza para proveerse de carne, estudiar el terreno donde uno iba a instalarse para no ser fácilmente atacado.
Pero en la actualidad, el desarrollo tecnológico, el progreso, han ido convirtiendo estás alertas básicas en temas más complejos. Y sin embargo, nuestro cerebro nos sigue empujando a preguntarnos cosas, a hacer, a resolver. Tanto que cuando no sabemos qué hacer o cómo, empieza a generarnos ansiedad. Y si de algo estamos bien provistos en esta década es de ansiedad, puedo dar fe.
EL PROBLEMA DE NO CAMBIAR
Así que vivimos en una época en que no nos estamos jugando la supervivencia a cada paso. Afortunadamente en muchos lugares es así. Pero nuestro cerebro necesita ejecutar la función para la que fue diseñado. Por tanto, no trazarse una meta, un propósito, un sueño a realizar, puede abonarnos a la ansiedad, puede dejarnos a la espera.
Saliendo de nuestro cerebro, la vida necesita ser dotada de un sentido. Si no, obviamente, vivimos sin sentido alguno. Y esto no acaba aquí, sino que muchos estudios nos vienen a decir que incluso teniendo ahora una vida con propósito has de cuidarte de ellos y de comprender cuando toca abrir otra cosa.
En qué momento necesitamos renovarnos para no morir, como dice la frase.
¿Conocerse para cambiar o cambiar para conocerse?
Es una pregunta bucle muy interesante. Lo es porque una cosa va atada a la otra y viceversa. Es decir, posiblemente la forma más completa de llegar a conocerse es a través de la realización de un reto, un propósito, una meta. Ese hacer nos hará enfrentarnos a nuestros límites, apegos, rechazos, incertidumbres, creencias, etc…
Según tratamos de hacer sale a la luz aquello de lo que estamos hecho.
Ese es un momento interesante. No solo, como nos quiere hacer creer la productividad vacía, para insistir y empujar hasta lograrlo. Desde las formas del consumo, desde el coaching o la palabrería, se diría que han de conseguirse las metas por encima de uno mismo. Un gran error.
¿De qué nos servirán esas metas si nos hemos dejado en el camino?
MI PROPUESTA: UN CAMBIO PARA LOGRAR PARA SER, SIN RENUNCIAR A NOSOTROS.
Por eso la propuesta que os hago es un cambio para lograr, para hacer. Pero también y al mismo nivel, un cambio para conocerte, para saber de ti. Para saber entenderte con esas respuestas y con ellas crecer no solo hacia afuera, alcanzando los objetivos o las metas propuestas.
La idea es poder crecer también hacia adentro, logrando un mayor autoconocimiento en el camino, una mayor seguridad y claridad en quienes somos y cómo respetamos eso sin que nos impida alcanzar aquello que anhelamos.
En ese camino son de una gran ayuda herramientas muy concretas, herramientas que provienen de la tecnología de la conducta. Esas herramientas son de gran valor si antes has comprendido esto y sabes moverte con equilibrio entre lo que eres tú y lo que quieres alcanzar, sin perder ninguno de esos dos valiosos objetivos.
El curso ROMPE TUS MOLDES, ¡CAMBIA! se centra en el cambio así. Utilizando el autoconocimiento, comprendiendo nuestros moldes como seres humanos, para desde ellos poder crecer y a la vez equilibrarnos. Sin esos moldes no podemos ser de una manera profunda y auténtica. Encerrados en ellos, esa profundidad nos ahoga y dejamos de encontrar sentido a las cosas, a la vida.
Puedes encontrar el curso ROMPE TUS MOLDES, ¡CAMBIA! AQUÍ.
