Las creencias limitantes son expresiones que generalmente nos llegan del exterior pero que poco a poco se van incrustando en nosotros y las tomamos por verdades. Las creencias negativas se adquieren con más facilidad y pueden determinar nuestra vida más de lo que nos imaginamos, condicionándonos y limitándonos
Hoy te cuento un caso muy cercano, el de mi hijo y el dibujo.
Cómo afectan las creencias limitantes
A mi hijo su maestra le dijo en su momento: tú no vales para dibujar, no es lo tuyo. Y bueno, la criatura, mi criatura, es verdad que no parecía un Miguel Ángel. Sin embargo, en su más temprana infancia era un verdadero Tapies, obsesionado por las texturas de todo lo que encontraba, con las que hacía collage indescifrables, de nulo valor estético me parecían, pero una auténtica investigación de materiales y mezclas sin duda alguna.
No ha sido fácil desmontar esa creencia dicha sin más: Tú no vales para pintar ni dibujar.
Hemos tenido muchas charlas y diversas consideraciones. Pero al final un día, motu propio, cogió mi alma el YouTube y buscó un tutorial para dibujar un gato, que tanto le gustan. Y solito lo hizo, y quedó bien, aceptable, y aún así necesitó que dos de la familia que él sabía que les gustaba pintar le dijeran que era un buen dibujo.
Instalar una creencia negativa es fácil en la tierra blanda de un niño, pero sacarla puede ser difícil y si no lo haces a tiempo echa profunda raíces. Y ese, amigos, es en gran medida el daño que la humanidad arrastra, porque las palabras hieren.