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Frivolidad, Ironía y susceptibilidad.

Tabla de contenidos

Frivolidad: ser frívolo/a es que se destaca por su superficialidad, aún frente a situaciones que demandan una postura o un comportamiento comprometido que se aleje de la falta de seriedad recurrente que se ostenta.

frivolidad - PABLO GAMEZ

Ironía: Burla fina y disimulada, expresión que da a entender algo contrario o diferente de lo que se dice, generalmente como burla disimulada.

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Susceptibilidad: Capaz de recibir la acción o el efecto que se expresan a continuación. Quisquilloso, picajoso.

susceptible niño

Quiero hoy traer estos términos a consideración aquí, en un blog de carácter psicoterapéutico. Porque en mi opinión están y mucho relacionados con nuestro estado psíquico y nuestra conexión con las emociones.

Como ocurre con casi todo, estos conceptos en sí no son malos, lo que sí lo puede ser es la frecuencia o intensidad con que están en nuestras vidas y ante qué situaciones o vivencias. Es decir, no es lo mismo ser irónico ante una noticia que compartimos y sobre la que expresamos una ironía para verla desde el prisma del humor y a la vez cierta crítica incluso, que ser irónicos ante un comentario de un amigo que nos está diciendo algo importante para él, que le afecta. Que por qué? Porque va a ser difícil que alguien afectado por algo y que lo comparte con nosotros encaje bien la burla o la distancia. Porque la ironía es distancia emocional, y como digo, es algo muy sano en determinados contextos, una distancia basada en la inteligencia, la perspicacia, etc…. Pero una distancia.

Por tanto, lo que quiero manifestar es eso, que los tres conceptos aquí expuestos suponen una posición de alguna forma defensiva respecto a las emociones, al contacto y a la intimidad. Esencias nuestras respecto a las cuales hemos aprendido socialmente mucho a mantenerlas a distancia. Demasiado a mi parecer.

mordaza fragile

La ironía es la menos presente hoy en día, creo yo. Sin embargo frivolidad y susceptibilidad (entendida con el añadido de picarse o molestarse o dolerse) compiten por el primer puesto.

La frivolidad es un sobrevolar sin mojarse, que nada nos toque pero lo vemos y andamos por ahí. Es un engaño, un velo, para no entrar en materia. Puede estar bien para eso, dar un vistazo a parcelas de la vida o experiencias nuevas, pero a partir de un punto la frivolidad genera un vacío, angustia. No podemos dar contenido a la vida, sustancia, estando en la superficie de las cosas.

Me gusta mucho la doble definición de susceptibilidad. Todos somos susceptibles, en el sentido de que podemos recibir aquello que nos expresan o vemos o vivimos. Lo que va  a ser determinante es si ante ese recibir nuestra reacción tiende a ser defensiva, si nos picamos, si nos molesta y ya puestos, si esa molestia es un patrón, un continuo que nos hace chocar en las interacciones sociales. En ese caso, tal vez sería conveniente pararse a considerar y sentir, qué es eso que nos molesta y qué nos está diciendo de nosotros. Qué fibra toca. Porque ese salto de queja, picarse o ataque, es un movimiento defensivo y no sólo afectará al otro que lo recibe, sino que visto egocéntricamente, no nos permitirá salir de ese patrón. Quiero decir que aquello en lo que somos susceptible y nos pica, va a repetirse, no lo vamos a poder evitar salvo mirando dentro nuestra y tomando una posición diferente a esa, reactiva.

A qué viene esta Psicolexicografía: a considerar estos vocablos, que están presentes, y que guardan, me repito, una relación con la distancia que tomamos con las emociones, el amor, los sentimientos y lo que alberga todo esto: las relaciones y la comunicación con los demás.

No son un ataque, pues como digo son mecanismos para situarnos ante determinadas realidades. Es decir, que son necesarios y positivos, pero en su justa medida.

Pero instalados por sistema en la frivolidad, la susceptibilidad o la ironía, dejamos progresivamente de sentir, o sentimos a distancia, que finalmente viene a ser lo mismo.

Hay pequeñas e infantiles expresiones que pueden sacarnos de estas actitudes defensivas: Un abrazo, cómo estás?, estoy muy triste, te he echado de menos, vi aquellas flores y pensé en ti y en cuando cultivábamos las mismas y hablábamos de nuestros hijos y su educación….. Son frases pueriles muchas veces, desnudas, ñoñas (y lo de ñoño da para otro artículo), o sensibleras (aquí os recomiendo leer esto sobre sentimentalismo)

Así que amigos, espero os haya interesado estas breves reflexiones.

Un abrazo a todos

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