Se diría que sobra el por qué, pero en primer lugar es lo que aclararé, y creo que no está de más, ya que vivimos en una sociedad tecnologizada donde prima la imagen y otras formas de lectura digital que pueden hacernos pensar que la lectura tal vez ya no sea tan necesaria.
Argumentos científicos que avalan la lectura como un medio sobradamente contratado para mejorar nuestro cerebro y a nosotros como personas:
1.- Empatía: la lectura es el mejor medio para acceder a la perspectiva del otro. No hay arte ni forma que llegue tan profundamente al pensamiento y sentir ajeno como ella. Estamos hablando de ficción, claro. Las mismas redes neuronales que se utilizan para comprender el pensamiento y acción del prójimo se ha demostrado que son utilizadas en la lectura, para comprender las historias y lo que los personajes sienten.
2.- Gimnasia cerebral: leer aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y requiere la coordinación de múltiples tareas cognitivas complejas.
3.- Amplia notablemente la capacidad de atención y concentración. Esencial para el estudio y el desempeño de tareas cognitivas. Leer por tanto, es un antídoto contra el déficit de atención.
4.- Leer es obtener un mapa mental con cogniciones, sentimientos y cultura sobre cómo funciona el mundo, las relaciones personales y las historias que vivimos. Nos permite comprender la realidad y sus posibilidades.
5.- Los niños lectores obtienen mejor rendimiento académico.
6.- La lectura incrementa la inteligencia creativa.
Vistos algunos argumentos básicos y científicos en relación a la lectura pasamos directamente a daros una lista de trucos, consejos, para conseguir que la lectura se convierta en hábito y en un placer, lo que es la clave para hacernos lectores. (No entraremos a discutir aquí un tema que os anticipo: la lectura obligada en contra de la voluntad es el mejor método para aborrecerla).
1.- Argumento: buscad y dejad que los niños sean quienes elijan aquello que les atraiga, las historias o temas que les interesen. Y para ello, hay que proporcionarles incansablemente y de forma amena y divertida, historias y libros muy diversos hasta que encuentren aquello que les engancha.
2.- Lleva a tus hijos a la biblioteca. Si adquieren la costumbre de visitar la biblioteca al menos una vez al mes, eso redundará en la lectura por varios motivos: tomar conciencia del mundo de la lectura en lo que es su templo, la posibilidad de ver libros muy diferentes, con historias muy diferentes, les permitirá más fácilmente encontrar aquello que les gusta. Actividades como el teatro o los cuentacuentos también animarán a la lectura. Aprovecha para que sea también una actividad familiar de encuentro y diversión, de curiosidad y sorpresas, en torno a los libros. Si consigues que la biblioteca sea un lugar donde se pasa un buen rato de la mañana, que sea un premio, tendrás lectores garantizados en poco tiempo.
3.- Léeles: a ver, hemos tenido siglos de tradición oral y aún hoy, seguimos quedándonos absortos si alguien nos cuenta o nos lee una buena historia. Aunque tus hijos ya sepan leer eso no significa que tengas que dejar de leerles. Al contrario. Ahora que dominan la técnica de la lectura es el momento de compartirla. Léeles y que te lean, leed entre ambos un libro, cread un espacio y un tiempo para leer historias o una novela juntos. Además de vuestra relación eso mejorará la pasión por la lectura. La lectura es un mundo amplísimo y difícil y los niños e incluso adolescentes requiere ser acompañados en el proceso.
4.- El protagonista: es importante que los niños y adolescentes encuentren ese protagonista con el que se sienten bien, se identifican o simplemente es el que les interesa.
5.- El autor: atención! esto es un filón. Si a tu hijo/a le interesa o gusta mucho un libro es probable que le gusten otras historias del mismo autor.
6.- La relectura: dejad que los niños lean y relean. La relectura, en contra de lo que se piensa, es algo natural al ser humano y suele ser habitual que un niño quiera leer y releer una misma historia. Es a menudo así cómo se adquiere una comprensión profunda de el mundo ahí representado, da seguridad, relaja, y se adquiere de verdad el vocabulario empleado. No cortadles las alas de la relectura.
7.- Fuera prejuicios: dejad vuestras ideas sobre lo que debe leerse y lo que no aparcadas cuando se trata de aficionar a vuestros hijos a los libros (salvo mínimos personales, no digo que no). Lo cierto es que a mayor libertad a la hora de elegir lo que se quiere leer, más probable es que se encienda la pasión por la lectura.
Es clave convertir la lectura en una recompensa y utilizar la psicología invertida para que asuman la lectura como premio y no como obligación o castigo. Para ello, es ideal crear en casa un ambiente austero y donde haya amplios espacios sin tecnología y juegos electrónicos, es bueno que los niños disfruten de tiempo y espacio sin actividades programadas. Es en esos tiempos, donde surge del aburrimiento la inclinación por la lectura. Si el niño se aproxima a la lectura da mejor resultado presentarla como premio que como obligación. Para ello, un ambiente acogedor pero tranquilo, sin televisores ni videoconsolas, con padres lectores, será difícil que no lleve al niño a probar a coger un libro, por pura imitación. Si se engancha a la lectura y siente que no sólo no se le presiona sino que incluso se le corta porque tiene que ir a la ducha o hacer algo, esta psicología inversa hará sentir al niño que la lectura es un placer que querrá buscar de nuevo. No se trata de insistir, sino de crear el ambiente y limitarlo oportunamente para crear un efecto de deseo.