CÓMO NOS AFECTA EL APEGO
El apego es un tema profundo y extensísimo que nos afecta e interviene en nuestra vida. Es un tema central en psicoterapia por tanto. A menudo nos preguntamos de qué forma han podido influir en nuestro presente y en quién somos las experiencias de la infancia.
Pues bien, aquí tenemos la que puede ser la principal influencia: el tipo de relación que hayas tenido con tus cuidadores va a definir tu manera de relacionarte con todo. Con tu pareja, tus seres queridos, contigo mismo. Y también, con tus hábitos, rutinas, los objetos y cosas que tienes y te rodean.
No nos relacionamos sin más de una manera porque somos así (una idea arraigada en muchas personas: yo soy así, como que uno nace de una manera). Aprendemos la forma de relacionarnos y de estar con todo a través de lo que hemos vivido con nuestras figuras más cercanas en la infancia temprana.
Definición del apego
El apego es una vinculación afectiva intensa, duradera que se desarrolla entre dos individuos (también la desarrollamos con objetos, apegándonos a ellos). Suele aparecer en torno al primer año, entre el bebé y sus cuidadores principales. El apego surge cuando se está seguro de que la otra persona está ahí incondicionalmente. Proporciona la seguridad necesaria para explorar, para adentrarse en la aventura de la vida, para crecer con una estabilidad emocional suficiente para tener una vida plena.
CARACTERÍSTICAS DEL APEGO:
- Esforzarse en mantener la proximidad
- Resistirse a la separación
- Mantenerse en contacto sensorial
- Utilizar la figura de apego como base de seguridad para explorar el mundo físico y social.
- Refugiarse en la figura de apego en momentos de tristeza, temor o malestar.
Dada la complejidad del crecimiento humano, puede entenderse que hayamos desarrollado más que ninguna otra especie animal esto del apego. Necesitamos protección, seguridad, y amor incondicional, para poder desarrollar todo lo que un ser humano es capaz (cultura, habilidades sociales básicas, seguridad, etc…)
Un elemento clave y muy orientador, de muchísima ayuda, fue descubrir que básicamente existen cuatro estilos de apego. Es de grandísima utilidad esto, pues nos va a dar una mayor comprensión de nuestra personalidad, de cómo nos relacionamos y cómo estamos ante la vida y nuestros vínculos. Y a la vez, nos permite ser capaz de modificar, de sanar, nuestras formas de relacionarnos cuando estás están dañadas o nos limitan en el correcto desarrollo de nuestra vida.
LOS ESTILOS DE APEGO
Ahora te explico cuáles son los estilos de apego:
1.- Apego seguro: se distingue porque el bebé explora activamente cuando está con la figura de cuidado y se intranquiliza al separarse de ella. Los bebés no dejan de ser sociables con extraños, siempre que la madre esté presente.
2.- Apego ansioso: los bebés tratan de mantenerse cerca de la figura de cuidado y no exploran. Su inquietud es muy grande si la figura de apego se marcha. Son muy cautelosos con los extraños.
3.- Apego evitativo: muestran poco malestar al ser separados de su figura de cuidado y la rehúyen cuando regresa. Son sociables con los extraños aunque también pueden ignorar su presencia.
4.- El apego desorganizado: aquí se combinan el apego ansioso con el evitativo (¡Pues sí, tal cosa es posible!).
La mayor parte de esta teoría fue iniciada y desarrollada por John Bowlby y posteriormente se demostró en gran parte con un interesante experimento llamado el experimento de la situación extraña, desarrollado por Mary Ainsworth. (Enlace a Youtube)
Por paradójico que parezca, solamente logramos alcanzar la autonomía si podemos experimentar la completa dependencia.
Sin una buena relación de apego, nuestra relación con los otros y nuestro medio está en dificultades y no se realizará adecuadamente.
APEGO Y SOCIEDAD LÍQUIDA.
Nuestro modelo social actual está diluyendo nuestra manera de vincularnos. Sobre eso tal vez te interese saber qué es la sociedad líquida y cómo está relacionado con las psicopatologías del vacío: depresión y ansiedad.
Puedes leerlo aquí (Entrada sobre Apego del 2021)
EL EXPERIMENTO DE HARLOW
Harlow (enlace a vídeo) fue quien desarrolló otro experimento. Me interesa mucho este descubrimiento a la hora de ver cómo pueden afectarnos los vínculos en nuestra vida. Puso a un mono bebé frente a dos madres artificiales. Una era de alambre y le suministraba alimento, la otra, de trapos viejos y mullidos, no le daba alimento ninguno, pero por su mayor parecido con una madre original, le hacía sentirse más seguro. El resultado fue que el monito bebía la leche para sobrevivir, pero en cuanto se saciaba permanecía con la madre de trapo todo el tiempo. Era su patrón de seguridad, creado genéticamente. Porque obviamente, esa madre de trapo no le daba más seguridad real que la de alambre, pero subjetivamente sí.
Este es un factor que me interesa muchísimo. A la hora de plantearnos un cambio en nuestra vida, es frecuente que nos propongamos planes, metas y procedimientos que no tienen en cuenta que nuestro apego está ahí, condicionándonos. De esta forma, ignorando y no utilizando a nuestro favor el apego, partimos ya de un gran error que va a dificultarnos el cambio.
Por eso he querido elaborar un curso orientado al cambio que se base en este concepto como piedra angular: partir de lo que somos, autoconocernos, para utilizar a nuestro favor el apego y poder flexibilizar sus partes más rígidas.
ROMPE TUS MOLDES, ¡CAMBIA!
Un curso para el cambio desde el autoconocimiento.
ROMPE TUS MOLDES, ¡CAMBIA! Es una propuesta de cambio basada en lo que somos. Porque no es posible el cambio sin autoconocimiento, y porque el cambio es una de las mejores formas de lograr ese saber de nosotros, al ver nuestros límites y nuestros apoyos a la hora de lograrlo.
Si quieres saber más tienes aquí en mi página un documento sobre el cambio desde dentro que puedes descargarte, totalmente gratis. Espero que te guste y sea de utilidad.